Cinco trucos para empezar a trabajar con la cerámica, el material que ya triunfa en Netflix

Seamos directos: el auge de la cerámica es tal, que ha llegado hasta Netflix. Un detalle no menor, la verdad. Y es que alrededor de 300 piezas creadas con este material por Néstor Pablo, un vecino de Sediles (Zaragoza), aparecerán en la segunda temporada de ‘La Catedral del Mar. Los herederos de la tierra’. Y esto, a buen seguro, impulsará aún más el arte de la alfarería que, como ya hemos comentado en Mamanoalla, está viviendo una nueva época dorada.

Y qué época. Porque desde hace ya dos años, cuando nos hemos visto obligados a pasar en casa más tiempo que nunca, uno de los pasatiempos a los que ha recurrido buena parte de la población, ha sido la cerámica. A ello han contribuido, además, algunas conocidas influencers o actrices con millones de seguidores en sus redes sociales, en las que han compartido varios de sus trabajos y creaciones de cerámica. 

Otro ejemplo cuantitativo del momento que vive la cerámica: en la última década, la palabra ‘cerámica’ nunca había recibido tantas búsquedas en Google como ahora. Ahora, el de Netflix puede ser, quizás, el último empujón que necesite. 

En este sentido, unas de las preguntas más repetidas tiene que ver sobre cómo empezar a trabajar la cerámica o, más bien, como iniciarse en un arte, cuyas ventajas y beneficios no son pocos. La cantidad de información que hay ahora puede resultar abrumadora para todo aquel que quiera iniciarse, por ello conviene saber una serie de consejos o definiciones que ayudarán a dar el paso con mayor seguridad.

1. Con qué técnica empezar

Hay tres formas principales de trabajar con la cerámica. Por tanto, será útil elegir una técnica en la que concentrarnos y sentirnos cómodos, cuando comenzamos. Las tres formas principales son: usando una rueda de alfarero, cerámica hecha a mano o fundición deslizante. 

Son muchos los que combinan los tres métodos. Pero quizás al empezar lo idóneo es utilizar el que más le atraiga o, directamente, el que más sencillo le resulte.

Por ejemplo, la rueda de alfarero es la más popularizada. Permite hacer girar la arcilla y a medida que da vueltas, le damos forma nosotros mismos. La técnica manual no tiene mayor misterio: es hacerlo con las manos, sin ningún tipo de objeto. Y por último, la fundición deslizante consiste en mezclar la arcilla con suficiente agua para formar un líquido que se vierte en un molde. 

2. Qué tipo de arcilla elegir

Este paso es más complicado, ya que hay muchos tipos de arcilla para elegir. La pregunta entonces que debemos hacer es si deseamos utilizar arcilla de alfarería o seca al aire. 

Esta última se seca al aire sin necesidad de cocerla en un horno, por ejemplo. Algunas son de polímero y se asemeja o se siente como si fuera plástico. Pero si queremos elementos de cerámica como vasijas, necesitaremos una arcilla que precisamente se parezca más a la cerámica. 

3. Qué herramientas o equipo hay que usar

El equipo que se necesita al empezar a tratar con la arcilla depende del método de fabricación con el que deseemos empezar. Por ejemplo, como venimos diciendo, si queremos iniciarnos con un torno de alfarero, será necesario hacerse con uno; sin embargo, para aquella de construcción manual, no hará falta ningún equipo en particular.

A decir verdad, puede que esta última opción resulte más interesante. Básicamente, porque al principio, no habrá que hacer ningún desembolso extra. A medida que vayamos aprendiendo y adentrándonos en el mundo de la cerámica, lo más probable es que creemos una colección con nuestras herramientas favoritas. 

Eso sí, al principio sí que será necesario, quizás, un ‘kit básico de inicio’ que estará compuesto por cortador de arcilla, esponjas, gamuzas, cepillas, agujas de alfarero, otro tipo de herramientas de corte, guantes, etc. 

4. Escoger el lugar idóneo

Otro de los puntos que hay que tener claros antes de empezar a tratar con la cerámica es que no todos los lugares resultan óptimos para tratar este material. La arcilla se mantiene mejor en una habitación o dependencia propia. El polvo que desprende es fino, por lo que es mucho más difícil que las aspiradoras domésticas sean capaces de contenerlo con firmeza. 

El mejor espacio debe ser también impermeable al agua y fácil de limpiar. Por cierto, aunque resulte evidente, conviene mencionarlo: la arcilla no debe caer por ningún desagüe. 

También será necesaria una mesa resistente con una superficie en la que no se pegue la arcilla mientras se trabaja. El lugar en el que luego se dejará secar también debe ser resistente. 

5. Cursos de cerámica

Y, posiblemente, este último punto sea el que más nos haya hecho dudar. ¿Dónde voy a encontrar una habitación independiente, con mesas resistentes y hasta una aspiradora industrial? Es lógico que asalten dudas que echen para atrás a todo aquel que quiera empezar a trabajar con la cerámica. 

Por ello, la mayoría de las veces, para iniciarse en este mundo es vital un curso de cerámica. Aunque al principio parezca que el desembolso será más grande, todo lo contrario. De hecho, con el auge de este material de los últimos años, las opciones que encontramos son cada vez más económicas.

Por ejemplo, en Mamanoalla contamos un bono de cuatro clases en nuestro curso de cerámica por solo 90 euros. Hay tornos y ruedas de alfarero que cuestan más de 100 y 200 euros.

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