Lo último en coleccionismo: cámaras antiguas por menos de 100 euros

Quizás uno de los artes que más ha democratizado -si no el que más- el uso del teléfono móvil ha sido el de la fotografía. Hoy en día, cualquiera tiene uno de estos dispositivos y, por ende, cualquiera puede tomar una instantánea, grabar un vídeo y hasta, incluso, editarlo con el propio smartphone. Quizás, por esta razón, las cámaras antiguas se han posicionado como uno de los artículos de coleccionismo más valorados. Es imposible olvidar aquellas míticas Kodak, el proceso de revelado y la mezcla de incertidumbre e ilusión que pasaba desde que la imagen latente se acababa transformando en una visible.

No hay duda de que la fotografía ha recorrido un largo camino en su relativa corta historia. El concepto como tal, ha existido desde aproximadamente el siglo V a.C, pero este arte no terminó de llegar hasta que un científico iraquí desarrolló un objeto similar a una cámara oscura en el siglo XI. 

Esta especie de primera cámara se sirvió de un agujero de alfiler en una tienda de campaña para proyectar una imagen desde el exterior de la tienda en el área oscura de la misma. Ya en el siglo XVII, la cámara oscura se volvería lo suficientemente pequeña como para ser portátil. Entonces, se introdujeron también lentes básicas para enfocar la luz.

Del daguerrotipo a Kodak

Pero la fotografía, tal y como la conocemos en la actualidad, comenzó a finales de la década de 1830 en Francia. Fue Joseph Nicéphore Niépce quien utilizó una cámara oscura portátil para exponer a la luz una placa de metal, recubierta de betún. Se convertiría, entonces, tras un proceso de 8 horas de exposición, en la primera imagen registrada.

El éxito de Niépce ayudó a la existencia de otros experimentos. En aquellos años, la fotografía avanzó muy rápidamente. No solo eso, su logro dio lugar a una colaboración con Luois Daguerre, que dio como resultado la creación del daguerrotipo, precursor del cine moderno. Así, los daguerrotipos, las planchas de emulsión y las planchas húmedas se desarrollaron casi simultáneamente entre mediados y finales del siglo XIX. 

Pero entonces la fotografía estaba concebida como un arte que solo estaba al alcance de los profesionales o de gente adinerada. Eso, hasta que George Eastman fundó Kodak en la década de 1880. Así es como por fin llegó el rollo flexible que a buen seguro todos recordamos. 

Los procesos se habían agilizado de tal forma, que las cámaras empezaron a ser lo suficientemente económicas para que cualquier persona promedio pudieran pagarlas. Los consumidores tomaban fotografías y enviaban su dispositivo a la fábrica para revelar la película y hacer copias. Eso sí, esta película todavía era grande, en comparación con los 35mm de hoy. Así, no fue hasta finales de la década de 1940, cuando la cinta de 35mm se volvió lo suficientemente barata para la mayoría. 

Cámaras de fotos antiguas

Como vemos, los avances en fotografía no han ido, precisamente, despacio. Ni han sido, precisamente, pequeños. Sí que es verdad que con el auge de los teléfonos móviles, cada vez más empeñados por tener la mejor cámara del mercado integrada, en la que, incluso, ya se puede jugar con el tiempo de exposición, las cámaras compactas no están en un momento, digamos, halagüeño. 

Y este es justo uno de los motivos por los que el coleccionismo de cámaras antiguas ha ido ganando peso con el paso del tiempo. Casi, como en los años anteriores al nacimiento de Kodak, ha vuelto a convertirse en un artículo especial que si bien está al alcance de la mayoría, la pertenencia de uno de estos artilugios se ha vuelto más específica.

Lo que pocos, quizás, saben, es que hoy en día sí que se pueden adquirir las míticas cámaras de fotos de fuelle con décadas y décadas de historia por un módico precio. No solo se dispondrá de un artículo increíblemente bonito y peculiar, sino que, también, en plano decorativo, otorgará una esencia vintage y única a la estancia. 

Las cámaras de fotos de Mamanoalla

Obviamente, en el catálogo de antigüedades de Mamanoalla no podía faltar su selección de cámaras antiguas. Desde Kodak, hasta Agfa a Rolltex. 

Cámara de fotos de fuelle. Kodak: 75 euros

Esta cámara de fotos de fuelle es una de nuestras favoritas. Y no es para menos, nos llegó de Touluse y data de los años 50. Entonces, el fuelle era un accesorio plegable que se usaba en cámaras de mayor o menor tamaño, para poder mover las lentes, respecto del plano focal. La idea era, pues, conseguir en el enfoque adecuado. Aunque como es lógico, con el paso del tiempo tiene algunos pequeños desperfectos, su estado y cuidado es óptimo.

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Cámara de fotos de fuelle. Voigtlander Jubilar: 75 euros

Esta cámara pertenece a la alemana Voigtlander Jubilar, una de las míticas empresas en el mundo de la fotografía durante la década de los 30 y los 40. De hecho, justo esta fue fabricada en los años 30. Los detalles en su lente, su fuelle y algunos matices que muestran el paso del tiempo, nos hacen ver que estamos ante un artilugio que no es sencillo de encontrar. Así que, más pronto que tarde, cumplirá un siglo de vida.

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Cámara de fotos. Kershaw 110: 75 euros

En el mundo de la fotografía, las Kershaw es otra de las marcas más reconocidas si hablamos de cámaras antiguas y de fuelle. Esta es distinta a las anteriores, más horizontal y compacta, con un fuelle menos elevado. Es, quizás, algo más joven, ya que fue fabricada en los años 50.

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Cámara de fotos Rolltex: 75 euros

Esta cámara de fotos Rolltex también ha despertado en no pocas ocasiones el interés de los coleccionistas de cámaras antiguas. Fue fabricada en los años 50, procedente de Touluse.

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