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Así puedes mantener tus muebles de madera libres de polvo durante mucho más tiempo
A decir verdad, los muebles de madera son uno de los complementos más perfectos para cualquier habitación de casa. No hablamos de que toda la estancia esté repleta de enseres antiguos o de estilo vintage, pero saber bien cómo introducirlos en espacios más modernos es una de las técnicas más utilizadas, sobre todo en los últimos años, y que más valor tiene, en cuanto a decoración se refiere.
Quizás, incluso, sea esta una de las razones por las que los mercadillos de antigüedades están viviendo en estos tiempos una nueva época dorada y, también, por las que las personas optan cada vez más por la restauración de sus muebles añejos, en vez de tirarlos al primer contenedor que encuentren.
Pero, eso sí, no todo es tan bonito y tan sencillo. La madera requiere un cuidado y un mimo especial. No basta con dejar la estantería o la mesa en una zona del salón y olvidarnos de ellas. Será, entonces, mucho más fácil que el material enferme o se infecte, con todo lo que ello conlleva. Y no solo eso, si no se le presta la atención que se merece, estará perdiendo un importante valor a medida que pasan los años. Quién sabe la joya en la que se podría convertir, de no ser así.
De hecho, el mes pasado, hablamos en Mamanoalla de cómo proteger bien los muebles de madera del calor y de las altas temperaturas que llegan en verano. Bien, pues otro de los agentes con los que toca lidiar -durante todo el año, pero en estas fechas más- es con el polvo.
Partamos de la base de que la madera es un auténtico imán para el polvo. Y es que llega una época en la que pasamos menos tiempo en casa, a veces incluso durante semanas por estar de viaje, y los muebles quedan a merced de nada. Entonces, regresamos a nuestra vivienda y una enorme capa de polvo lleva tiempo reposando y acumulándose en las mesas, las estanterías, el sofá…
Los peligros del polvo
Lo primero que hay que tener en cuenta en este sentido es que el polvo puede provocar serios problemas de salud si la exposición es larga y continuada, sobre todo en lugares cerrados. El asunto se agrava en una casa en la que, por ejemplo, se encuentra en el centro de una ciudad, se tiene mascotas y/o en la que se fuma. Y no solo eso, lo agravante de la situación es que hablamos de partículas que circulan por el aire que son tan pequeñas que es imposible verlas a simple vista.
Como prueba, un botón: hay algunas partículas de polvo que miden menos de 10 micrómetros. El pelo humano tiene alrededor de 60 micrómetros de grosor. En definitiva, es, prácticamente, invisible al ojo.
Así, si la limpieza de nuestro hogar no es la adecuada, no solo estará afectando negativamente a nuestros muebles de madera, sino que estará minorando, y mucho, nuestra calidad de vida, pudiendo, incluso, afectar a nuestra respiración, a los pulmones y generar un daño persistente en nuestra salud.
Cuida los muebles de madera
El asunto es que expertos y científicos siguen tratando de estudiar el modo de combatir el polvo y sus efectos sobre nuestra salud. Así las cosas, mientras tanto una manera de reducir la exposición es cuidar y limpiar bien los muebles de madera que tengamos.
Aspirar, mejor que barrer
Una de las cosas que debemos tener en cuenta es que siempre será mejor aspirar que barrer. Hay que tratar de limpiar el suelo, e, incluso, los muebles, aunque sea con una pequeña aspiradora (siempre, eso sí, con cuidado de no rayar el material).
Al fin y al cabo, la escoba lo que hace es mover el polvo de un sitio a otro, lo dispersa y lo acaba depositando en otro lugar de la casa, pero nunca lo elimina del todo. Un pequeño consejo es utilizar aspiradoras con filtro HEPA que tienen una mayor protección contra el polvo.
Y después de aspirar…
Suele ocurrir que una vez que pasamos la aspiradora, vemos como ha quedado la estancia y pensamos que el trabajo ya está listo. Craso error. El segundo paso que hay que ejecutar es utilizar un paño limpio cada vez que quitemos el polvo de los muebles de madera. Es importante que esté limpio. De lo contrario, estaremos volviendo a aplicar el polvo sobre las mesas o estanterías y además, lo estaremos empujando hacia la superficie.
Tampoco es demasiado conveniente utilizar plumeros, pues ocurre lo mismo que con la escoba: lo estarás moviendo de sitio. ¿Lo mejor? Un paño ligeramente húmedo.
Cuidado con el perro o el gato
No vamos a obviar ni a desmentir todos los increíbles beneficios que aporta tener una mascota en casa. Pero si bien es cierto que debemos enseñar a nuestro perro o gato a respetar los muebles de nuestra casa. La caspa de los animales es también uno de los contribuyentes al polvo y hará que los muebles de madera se llenen de polvo rápidamente.
Por eso, hemos de evitar, en la medida de lo posible, que el gato esté continuamente subiéndose a la estantería o a la mesa y que el perro pase horas y horas en el sofá. Y, como esto en la mayoría de las ocasiones es imposible, habrá que, entonces, pasar ese paño húmedo del que hablábamos, mucho más a menudo.
Calefacción o aire acondicionado
Otra de las cosas que solemos pasar por alto son los aparatos de calefacción o de aire acondicionado. Hay que procurar limpiar el aire de las rejillas, al menos, una vez al año. Esto ayudará a evitar que el polvo se haya depositado en esas rejillas y que la ventilación libere esas partículas que irán directamente a la madera.
Otra de las buenas prácticas es cambiar los filtros de aire y de calefacción con frecuencia. Si dejamos que el filtro siga sucio, por mucho que limpiemos las rejillas, el solo hecho de encenderlo, hará que el polvo entre en nuestras cosas.
Último paso
Por último, una vez que hemos hecho estos pasos, habrá que frotar los muebles con una toallita seca para liberarlos de la humedad. Las hojas de suavizantes de tela ayudarán a evitar que el polvo se adhiera a los muebles.
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