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Trucos para evitar que los muebles de madera se estropeen con la llegada del calor
El verano está a la vuelta de la esquina. Apenas quedan unas semanas. Esto, entre otras, se resume en sol, playa, más tiempo de ocio, días más largos y, sobre todo, calor, mucho calor. Y del mismo modo que nuestra piel necesita más protección durante estas fechas, también la madera es susceptible de estropearse con las altas temperaturas. Incluso, no hace falta pensar en los muebles del jardín o del patio, también es necesario incidir en aquellos que están cerca de una ventana o a los que los rayos del sol dan de manera directa.
A decir verdad, ya hemos hablado en alguna ocasión de cómo afecta la temperatura a la madera. O mejor dicho, de cómo el exceso o la falta de humedad pueden hacer que el material se contraiga o se expanda. Con las consecuencias que esto puede tener en nuestro inmueble. Por no hablar de aquellos enseres que tenemos con cientos de años y, por ende, de historia, que podrían estropearse del todo. Y perder no solo mucho dinero, sino un alto valor sentimental.
Así las cosas, los entornos más cálidos también cambiarán los niveles de humedad del ambiente. Entonces, puede ocurrir que la madera empiece a secarse en exceso y termine contrayéndose.
Al fin y al cabo, como vemos, igual que protegemos nuestra piel cuando vamos a pasar un día a la playa o a la montaña y vamos a estar largas horas expuestos al sol, también es necesario actuar en consecuencia con nuestros muebles y con nuestro hogar. Veamos, a continuación, algunos consejos que a buen seguro nos serán útiles para evitar que la madera se estropee con el calor.
La ubicación
Sí. Es cierto. Puede resultar demasiado obvio. Pero cuando llega el verano, mucha gente empieza a cubrir sus muebles o a utilizar algún producto para protegerlos, como barniz o sellador de agua, sin tener en cuenta primero la localización en la que se encuentra.
Veamos: la temperatura incide de manera indirecta en la madera, ya que, como hemos mencionado al principio de este escrito, lo que realmente importa es la cantidad de humedad que nos rodea. Así pues, seguramente las necesidades de una persona que viva en Andalucía no serán las mismas que las de alguien que viva en Galicia.
Por lo general, las zonas norte y noroeste de España son las que se encuentran expuestas a climas con mayores índices de humedad relativa. De aquí se puede pensar que, por ejemplo, aunque en A Coruña estemos en verano, el clima no será ni mucho menos tan seco como en el sur.
En definitiva: lo primordial es asegurarse de adquirir únicamente la protección que realmente necesitará para sus muebles.
Pintura
Otra de las ideas más socorridas para proteger los muebles de madera del calor es darles una capa de pintura. Eso sí, hay que tener en cuenta que no todas servirán, por lo que habrá que fijarse bien en las pinturas que, normalmente, están diseñadas para los muebles de exterior.
Además, esta opción sirve también para aquellos muebles que ya están descoloridos en algunas partes o tienen alguna imperfección que se puede subsanar fácilmente con la pintura.
Sellador de agua
Una de las buenas prácticas que hemos comentado en Mamanoalla en más de una ocasión es tomar precauciones de antemano para que los muebles de madera estén protegidos ante cualquier imprevisto, como pueda ser el tiempo -que sí bien es cierto, es más o menos predecible- o, incluso, alguna infección.
Por ello, la aplicación de un sellador de agua siempre servirá para conservar el aspecto de la madera y además le brindará una protección adecuada contra la humedad exterior. No solo eso, también seca la madera mucho más rápido, lo que hace que casi conserve su color original.
Cubiertas o fundas
Hay ocasiones en que los muebles en el exterior, ya sea en un jardín o un patio, no pueden estar a la sombra, porque, directamente, no la hay. En este caso, una de las consideraciones que se pueden tener en cuenta es colocar sábanas de tela sobre los muebles.
Así, conseguiremos protegerlos de la absorción excesiva de los rayos del sol y de que se acaben se decolorando y teniendo un aspecto poco atractivo. ¡Ah, eso sí! Es importante utilizar un paño de color claro, ya que los oscuros suelen irradiar calor en lugar de reflejarlo, lo que al final también dificultará la madera contra el calor y este remedio terminará siendo peor que la enfermedad.
Y antes de que llegue el calor…
Por último, al comienzo de cada temporada, hay que procurar frotar y enjuagar bien el sofá o la mesa del jardín. También podemos continuar con un lijado y una capa de barniz para evitar que se seque y se agriete.
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